Un nuevo tip esencial dōTERRA
El consumo excesivo de estos alimentos, listos para comer, es riesgoso para la salud.
20 de mayo de 2014 - www.eltiempo.com
Diariamente, uno de cada cinco colombianos entre 5 y 64 años consume gaseosas o refrescos.
Unos estrujados con sabor a maíz sobresalen en el estante del supermercado, en medio de crujientes papas saborizadas y otra clase de paquetes de colores brillantes.
Muy cerca de allí están las sopas listas para consumir, las pastas instantáneas, los enlatados, las gaseosas, los embutidos y esos enormes paquetes de cereales.
Su apariencia, sabor, bajo costo y larga duración, además de propiedades adictivas, los han convertido en alimentos de gran demanda, pues la facilidad de comerlos a cualquier hora del día y llevarlos al fogón es el mayor aliciente para aquellos consumidores que viven a las carreras.
Son los famosos ultraprocesados, es decir “alimentos producidos por la industria, listos para consumir o para cocción inmediata, que han sido modificados en su esencia y adicionados con conservantes, aglutinantes, endulzantes, saborizantes y colorantes que exaltan su sabor”, explica el endocrinólogo Iván Darío Escobar, presidente de la Fundación Colombiana de Obesidad.
A este listado de químicos se unen altos contenidos de grasas sólidas (como las trans), azúcares simples, carbohidratos y sal. De lo que sí adolecen es de proteína, fibra, vitaminas y minerales.
La mayoría de estos productos son fabricados por empresas multinacionales.
“Nos preocupa que el bajo precio y su producción a granel creen un mercado fácil que desplace la comida natural”, agrega Escobar.
No en vano, la revista Lancet, en un artículo publicado en febrero del 2013, alertó que los tratados de libre comercio (TLC) con países industrializados estimulaban el consumo, principalmente, de bebidas gaseosas, confitería y comida precocida.
Malos para el corazón
Jhon Jairo Bejarano, director del departamento de Nutrición Humana de la Universidad Nacional, explica que este creciente mercado exige procesos de educación masiva para indicarle a la gente qué es lo que está comiendo y los riesgos que conlleva para su salud.
“Muchos no leen, identifican ni comprenden el rotulado de estos productos. Es clave que entiendan que un paquete contiene muchas calorías y grasas poco saludables y que es su responsabilidad consumirlo”, explica.
La mayoría de los ingredientes y aditivos contenidos en estos productos están relacionados con el desarrollo de enfermedades, principalmente cardiovasculares, y son determinantes directos de la epidemia de obesidad en el mundo.
“Las bebidas azucaradas, en forma de gaseosas, y el alto contenido de sodio en los alimentos preelaborados industrialmente generan desequilibrios metabólicos que conllevan el desarrollo de enfermedades como diabetes, arterioesclerosis, hipertensión, falla renal e infartos”, dice Escobar. E insiste en que esto es mucho más grave en personas jóvenes.
En Colombia el 5 por ciento de los menores de cinco años sufre de obesidad y el 20 por ciento tiene sobrepeso. Tres de cada cinco adultos tienen sobrepeso y dos de cada cinco son considerados obesos.
Según Luis Fernando Gómez, magíster en salud pública y docente de la U. Javeriana, el mercadeo y la publicidad de estos alimentos ha tenido un incremento sin precedentes en los últimos años en países latinoamericanos.
En ese sentido, el artículo de Lancet sugirió que dichas estrategias publicitarias son solo equiparables a las utilizadas de forma indebida por la industria tabacalera. Y lo más preocupante, según Gómez: la población infantil es la más afectada.
Vuelva a lo natural
Consuma frutas enteras y verduras frescas.
Cocine en casa. Vuelva a preparar recetas con alimentos de fuentes naturales e integre a este plan a su familia.
Si va a comer fuera de casa, prefiera restaurantes que produzcan comida casera y evite las cadenas de comida rápida. También, puede llevar una lonchera al trabajo con comida preparada en casa.
Cuando vaya a mercar comience por la sección de alimentos no procesados (frutas y verduras frescas, nueces, cereales en grano y leguminosas como el frijol, arveja, garbanzo, habas y lentejas), tubérculos, leche y carne (en lo posible bajos en grasa) y huevos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario