martes, 13 de mayo de 2014


Probióticos, esenciales para los niños 

Alimentos ricos en esta sustancia cuidan la flora intestinal y permiten reducir procesos virales.


Por: ASTRID LÓPEZ ARIAS
29 de abril de 2014 
www.eltiempo.com

La leche materna es el alimento que contiene mejores probióticos.

Desde que se nace, en el cuerpo habita una serie de bacterias que componen la flora intestinal o microbiota (término que la comunidad médica busca posicionar). Este es el ejército bacteriano que interviene en el metabolismo, en el sistema inmunológico, y en la regulación del crecimiento de células intestinales y de ciertas vitaminas (K y B).

Pero lo más importante es que en ese ‘valle’ poblado de bacterias, “cuya mayoría está dentro de los intestinos, en el aparato digestivo, es donde se crean las defensas necesarias contra las bacterias, virus y hongos, dañinos para el organismo”, explica Georgette Daould, médico pediatra especialista en nutrición y gastroenterología infantil de Venezuela.

Es por ello, añade la experta, que desde que se nace es muy importante que se mantenga en equilibro esa flora intestinal, y el primer paso, indica, es promover la lactancia materna, “pues la leche humana contiene bacterias buenas que se conocen como probióticos. Allí hay más de 18 diferentes microbios que favorecen el bienestar del intestino y la absorción de los nutrientes de los alimentos. La leche de vaca y las de fórmula carecen de ellas”.

Según la doctora Daould, “las bacterias ‘amigas’ que la madre transmite al bebé a través de la leche son las bifidobacterias, que están en la microbiota del pecho de la madre y que brinda a su hijo”. Así mismo, dice, es muy importante que al iniciar la alimentación complementaria se incluya el consumo de vegetales y frutas, de 3 a 4 porciones al día, para mantener en equilibrio y buen estado a esos ‘inquilinos’ en el cuerpo de los niños.

No la traemos del vientre

Curiosamente, la microbiota intestinal no existe durante la formación del feto, se adquiere al nacer por exposición a bacterianas en el momento del parto, y la transmite la madre al bebé a través de su flora vaginal y gastrointestinal.

Jesús Rosa Salazar, médico pediatra y panelista de la 8ª Reunión Latinoamericana de Expertos en Microbiota realizada recientemente en Cartagena, dice que la microbiota se establece en las primeras horas después del parto, y aunque sufre modificaciones, según la alimentación, los medicamentos o la región geográfica en la que se viva, su ‘configuración básica’ persiste con los años.

“La microbiota se ve influenciada desde el mismo momento del nacimiento. Si el parto es vaginal o por cesárea; si recibe leche materna o no; por la progresiva y adecuada introducción de la dieta complementaria a partir de los seis meses, y no antes, y por el uso o no de medicamentos: antiácidos, ‘antirreflujos’, antibióticos, u otros”, dice el doctor Rosa.

El mundo de los probióticos

Es importante decir que si se altera el buen funcionamiento de la flora intestinal, esto trae consecuencias, entre otras, que se produzca diarrea, que en el caso de los niños puede llegar a estados severos con consecuencias graves.

“Es por eso que uno de los enfoques terapéuticos en el tratamiento de la diarrea es tratar de restablecer la microbiota, lo cual se hace administrando probióticos en gran cantidad, lo que ayuda a suplir las funciones alteradas por la diarrea, y a recuperar el estado normal de la microbiota misma”, añade el pediatra Jesús Rosa.

También resulta importante anotar que la microbiota es susceptible a los antibióticos que habitualmente se utilizan en el control de las infecciones en niños y adultos, por ello es posible que al tomar un antibiótico, sobrevenga la diarrea.

“En la diarrea viral o bacteriana, los probióticos ayudan a acortar el proceso y si la afección iba a durar 5 días puede quedar en 3, con menos días de tratamiento y menos posibilidades para que el niño expanda el virus”, sostiene Daould.

“Cuando se suministra antibiótico a los niños, ya sea por una sinusitis, otitis, infecciones urinarias o neumonía, desde el principio, es recomendable iniciar también con un medicamento probiótico, que lo que hace es disminuir el impacto del antibiótico hasta en un 60 por ciento. Los bebés, desde neonatos, incluso los prematuros, pueden recibir probióticos recetados, solo que en los últimos hay que seleccionar los apropiados” finaliza la experta venezolana.

Más verduras y frutas para alimentar a los ‘inquilinos’

Los expertos coinciden en recomendar que el consumo de probióticos a lo largo de la vida ayuda a mantener una flora intestinal saludable y equilibrada, capaz de responder ante eventos como el ataque de virus y bacterias, tanto en niños como en adultos.

De acuerdo con el pediatra Jesús Rosa Salazar, “la clave está en una alimentación saludable desde la infancia, rica en frutas, verduras, proteínas, y pocos carbohidratos”.

Además, el lavado de las manos antes de comer va también indicado a evitar el ingreso de bacterias maléficas que puedan alterar la microbiota de nuestro organismo”, explica el pediatra Rosa.

En el mercado existen algunos productos lácteos como yogur y leches formuladas que contienen probióticos, en ciertas cantidades, que apoyan el cuidado de la flora intestinal; por ello, resulta importante incluir en la alimentación de los niños, este tipo de alimentos enriquecidos.

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